31 agosto, 2007

Insanía, violencia y víctimas al azar

Hace poco más de un año, un chiflado salió por las calles de Belgrano y disparó al azar sobre la gente, matando a un pibe que paseaba con sus amigos e hiriendo a un par mas. Como resultado, Caníbal Fernández se alzó con el control de las armas en manos civiles para el Ministerio del Interior, y se hizo todavía más estricto y complejo el trámite de tenencia de armas, dando lugar a los esperpentos ideológicos que consideran que se trata de un "privilegio" para los ciudadanos ejercer ese derecho.
Alfredo Marcenac, el padre del chico muerto, se sumó a la cruzada y es ahora un abanderado del desarmismo, sumándose a los animistas que creen que las armas son las que hacen el mal, y no el humano que las acciona.
Ayer en Rosario se dio una réplica del episodio de Belgrano. Sólo que la chiflada del caso no empleó una Bersa .380 sino un cuchillo tramontina. Igual que en el caso porteño, eligió su víctima al azar -en este caso una nena de cinco años- y le calzó cinco puñaladas en la cabeza.
Afortunadamente la nena sobrevivió, pero el ataque podría haber sido fatal.
Esta vez la atacante fue liberada, "porque no hay un lugar adecuado dónde internarla” y porque la contención, en este caso, le corresponde a los padres".
La cosa da para debatir qué se hace con la gente que se transforma en un peligro para la sociedad, y en un peligro para si mismos. Hace mucho que el imperialismo cultural sostiene que debe dejárselos libres.
Entonces, cuando ocurre algo como lo de Belgrano, pagamos todos y se coartan derechos en el nombre del bien común.
Digo yo... ¿cuando será el momento en que a un iluminado se le de por prohibir los cuchillos de mesa?